Parejas con hijos : Propuestas para disfrutar de una buena relación

Samsara | 22 Jul 2015 | Blog

En las últimas décadas hemos ido observando cómo, al margen de las familias tradicionales, han ido surgiendo nuevos modelos familiares, adaptados a las circunstancias de una sociedad donde la separación y el divorcio están totalmente normalizados.

Uno de estos nuevos modelos es el constituido por una pareja y los respectivos hijos o hijas procedentes de relaciones anteriores. A veces, estos últimos presentan un rechazo a la nueva pareja del padre o de la madre. Además, comenzar una relación donde existen hijos (ya sea por parte de uno de los miembros o de los dos) puede ser una cuestión difícil de gestionar por parte de los propios miembros de la pareja.

¿Qué podemos hacer para ayudar a los hijos a aceptar la nueva pareja? Cuando es el momento más adecuado para presentarla? ¿Qué rol debe adoptar esta ante los hijos del otro miembro? A continuación os proponemos una serie de consejos para facilitar el buen funcionamiento de la relación.

La presentación: un momento clave

Uno de los momentos más delicados en el curso de una relación donde alguna de las partes tiene hijos, es el de las presentaciones entre estos y la nueva pareja del padre o de la madre. Es muy importante que, antes de la llegada de este encuentro, el progenitor haya podido dialogar, en varias ocasiones, con el / los hijo / s (adaptando la conversación a la edad de éstos). El objetivo de estas charlas es el de poder ir introduciendo verbalmente la nueva pareja, de forma progresiva, como una persona cercana al círculo familiar. Es fundamental que el padre / madre pare mucha atención a los comentarios y opiniones de los hijos: hacerles sentir comprendidos y que son tenidos en cuenta ayudará a normalizar la situación ya evitar posibles confrontaciones con la pareja.

Del mismo modo, también es necesario hablar con la pareja sobre la situación familiar propia, ya que la no aceptación de los hijos es uno de los motivos más frecuentes de fricción e incluso de ruptura de las relaciones.

En relación al momento adecuado de la presentación, hay que decir que no existe una fecha fija, pero sí hay unos consejos que pueden ayudar a decidir cuándo es mejor llevarla a cabo. En primer lugar, hay que valorar el grado de compromiso de la relación: introducir la pareja demasiado pronto y, en caso de que ésta no se consolide, retirarla de repente, puede desestabilizar los hijos, ya que percibirán que el núcleo familiar no se mantiene fijo. Debemos pensar que los niños o niñas ya han sufrido una situación estresante al romperse la unión entre los padres biológicos. Se debe considerar que ir introduciendo y sacando nuevas personas puede generar aún más inseguridad y malestar.

Asimismo, una vez que la relación ya es establecida, tampoco hay que demorar mucho el primer encuentro, ya que puede provocar que los hijos se sientan al margen y que no son suficientemente valorados. Así pues, la fecha ideal debe surgir fruto de la valoración de la situación y del consenso, tanto con la nueva pareja como con los hijos: es decir, consultar a ambas partes si les apetece plantear la presentación.

Una vez se tenga claro que ya ha llegado el momento, es fundamental que el encuentro sea informal, en un lugar cómodo para todos, y que el nuevo compañero / a se presente como un amigo / a cercano. Progresivamente, en posteriores encuentros y actividades conjuntas, puede ir adquiriendo el rol de pareja. Hacerlo de manera demasiado precipitada podría provocar conflictos y hacer creer que el adulto recién llegado quiere ocupar el lugar del padre o de la madre ausente.

La nueva pareja: qué rol debe adquirir?

Tal y como acabamos de decir, es muy importante dejar claro que la nueva pareja no pretende tomar el cargo del padre / madre. Los hijos deben saber en todo momento quién es el padre y quien la madre, y que ambas son figuras no sustituibles. Las decisiones importantes que afectan a los hijos, pues, deben surgir del consenso entre el padre y la madre.

Si la nueva pareja acepta y potencia la relación entre el padre / madre ausente y los hijos, en vez de intentar ocupar su lugar, ayudará a facilitar mucho el proceso de adaptación. En este sentido, se debe evitar hablar mal del otro progenitor cuando los hijos se encuentran delante, ya que esto puede originar mucho rechazo por parte de éstos.

A medida que la relación entre todos los miembros se vaya consolidando, la pareja puede ir adquiriendo mayor peso en las decisiones familiares, pero siempre respetando su estatus de compañero.

Es habitual que los hijos huyan de las muestras de afecto (besos, abrazos, etc.) proporcionados por la nueva pareja, sobre todo alrededor de una edad crítica que los expertos sitúan entre los 10 y 12 años. Hay que ser pacientes y no querer forzarlas: es recomendable, en un primer momento, manifestar el afecto sólo de manera verbal. Cuando se haya generado un clima adecuado de intimidad y conexión entre las dos partes, pueden empezar a introducir gradualmente manifestaciones físicas, pero siempre teniendo muy en cuenta su reacción.

Por último, cabe destacar que los hijos deben aceptar que hay momentos para pasar todos juntos, pero otros más íntimos para disfrutar sólo en pareja. Hacerles entender que no deben ser siempre el centro de atención y que hay ratos para todo y para todos, es una manera de ayudarles a aprender que las relaciones sentimentales necesitan de dedicación, de tiempo y de intimidad para que funcionen.

Esperamos que estos consejos os resulten útiles y que pueda disfrutar en familia de su relación de pareja!

Buen verano y buenas vacaciones!