¿Qué es el eneagrama?

El Eneagrama es una potente herramienta de autoconocimiento que, desde su puesta a punto en los años 70 por el psiquiatra chileno Claudio Naranjo, ha ido ganando partidarios gracias a su utilidad en el campo del autoconocimiento y sus aplicaciones terapéuticas en la Gestalt y la psicología transpersonal. Aquí en España, por ejemplo, es muy reconocida la Fundación Claudio Naranjo y su labor enfocada a labor educativa con el programa SAT.

La propuesta de Naranjo tiene origen y actualiza el Eneagrama de Fijación del Ego De Óscar Ichazo, que proponía 9 patrones de personalidad y su distribución en el esquema del eneagrama.

De acuerdo con su teoría, las personas nacen con una “esencia pura” o tabula rasa en cuanto a carácter, e inconscientemente escoge y desarrolla uno de los 9 arquetipos.

Fue a partir de los años 60 que Ichazo desarrolló el Protoanálisis, un programa de desarrollo personal que entre otras tantas herramientas utilizaba el Eneagrama de Fijación de Ego.

Que nos dice el Eneagrama

La propuesta del Eneagrama actual como sistema, es una clasificación de Tipologías de la personalidad, así como una relación de comportamientos típicos que a su vez son catalogados como saludables o no saludables.

A nivel terapéutico se trataría de utilizar esta guía para identificar el eneatipo de la persona y las posibles dificultades que éste podría tener a nivel arquetipo, de forma que se pueda desenquistar aquello que nos limita. La forma de hacerlo varía dependiendo de quién supervise el proceso.

A partir de toda esta información, además, es posible iniciar un proceso de autoconocimiento y crecimiento personal donde reflexionar y descubrir el propio eneatipo, así como las oportunidades y dificultades que puede conllevar el mismo.

3 categorías de Eneagramas

Estos 9 Tipos a su vez pueden clasificarse en 3 categorías más generales, conocidas generalmente como tríadas.

  • Caracteres instintivos: agrupa los eneatipos 8, 9 y 1, aquellos que se mueven principalmente por la acción inmediata e instintiva. Predomina el córtex reptiliano o instintivo.
  • Caracteres emocionales: reúne a los eneatipos 2, 3 y 4, que son aquellos cuya fuerza motriz principal es la emoción. El córtex predominante sería el límbico.
  • Caracteres mentales: aglutina los eneatipos 5, 6 y 7, es decir, los que se ven motivados principalmente por lo mental (percepción y pensamiento) y donde el córtex predominante sería el racional.

Los 9 arquetipos de Eneagramas

Si tienes curiosidad a continuación te exponemos, en 4 pinceladas, los nueve arquetipos:

El reformador

Se trata de personas realistas, racionales, objetivas… Están muy en contacto con la realidad, incluyendo la propia.

Son exigentes consigo mismo y con el resto, y tratan de actuar siempre de la mejor manera. No reprimen sus sentimientos ni son esclavos de ellos: simplemente los integran de forma sana en su funcionamiento del día a día. Buscan la excelencia, son eficientes y perfeccionistas.

Si sus comportamientos dejan de ser saludables pueden tornarse reprimidos, inflexibles, dogmáticos e intolerantes.

El ayudador

En un patrón normal y sano es una persona desinteresada y altruista, le gustar dar y ayudar a los demás.

Es empática, cálida, generosa, amigable y bienintencionada. Su principal motivación es la emotiva: amar y ser amada, expresar sus sentimientos, ser valorada… en ocasiones puede mostrarse posesiva o sobrestimar lo que hace por los demás.

En comportamientos no saludables, tiende a ser muy manipuladora.

El triunfador

Es un arquetipo cuya principal característica es la autenticidad.

Tiene confianza en sí mismo, es popular, ambicioso y habitualmente recibe reconocimiento de los demás, ya que han trabajado mucho para desarrollar sus habilidades y puntos fuertes. No les importa competir para lograr el éxito, el cual valoran mucho.

Si su lado menos saludable florece a menudo puede ser conflictivo, explotador, oportunista y desconectarse de sí mismo, estar vacío.

El artista

Las personas con este eneatipo suelen ser románticas, sensibles, creativas… capaces de expresar lo universal en la condición humana.

Reconvierten sus emociones en algo artístico y bello. No son vanidosos ni superficiales. Pueden ser tímidos e introvertidos por miedo a ser rechazados, y en casos más desfavorables llegar a aislarse del todo, deprimirse y hasta llegar a odiarse.

En casos extremos, incluso desarrollar problemas de adicción o salud mental.

El pensador

Se trata de personas brillantes y observadoras, con una amplia capacidad de comprensión y observación. Intelectual, analítico, racional… son adjetivos que a menudo los definen.

Suelen ser innovadores y tener buenas ideas.

Si se descarrían corren el riesgo de volverse excéntricos, ansiosos, cínicos e incluso hasta paranoicos u obsesionados con ideas extrañas en casos extremos.

El leal

Es el arquetipo trabajador, confiable, cooperativo y leal con su núcleo cercano (amistades, familia, pareja…).

Suelen ser personas que se sienten seguras, aceptadas y que tienen buena autoestima. Pueden ser tradicionales y obedientes, hasta el punto de volverse dependiente.

Si llega al descontrol puede volverse receloso con la autoridad y a la vez desarrollar una gran necesidad de que los demás le den un lugar y un cometido, volverse inseguros y creerse perseguidos.

El generalista

Es el eneatipo de la persona vital, entusiasta, práctica y que consigue las cosas.

El perfil de persona que siempre está ajetreada porque es productiva, sabe de todo y de nada y consigue resultados. Es un buscador de experiencias y novedades.

Cuando sus tendencias se vuelven demasiado acusadas y poco saludables pueden convertirse en consumidores compulsivos, excesivos y egocéntricos.

El líder

Se trata de un perfil de persona generosa, valiente, con fuerza y capacidad natural de liderazgo.

Suelen tener un gran carisma y un espíritu noble, pero si pierden el control pueden transformarse de caballero andante a dictador y volverse individualistas, agresivos y absolutistas.

El pacificador

Esta tipología agrupa a personas equilibradas, ecuánimes, estables y optimistas que son pacíficas y que se valoran sin caer en el ego. S

on adaptables, pero pueden desarrollar tendencias conformistas que les lleven a sobreadaptarse a los convencionalismos y a acomodarse en la pasividad ante los conflictos.

¿Ya sabes cuál es el tuyo? ¡Atrévete a conocerte mejor!