Hemos tenido la primera cita. Y ahora … ¿qué hacemos?
La primera cita es un evento importante y al mismo tiempo excitante que, a menudo, va precedido por muchas incógnitas: ¿Cómo será la otra persona? ¿Qué temas de conversación sacaremos? Nos entenderemos? Una vez ha tenido lugar este primer encuentro, surgen aún más interrogantes. Es por ello que te proponemos una serie de consejos para orientarte a la hora de saber qué es más aconsejable hacer después de una primera cita, y facilitarte poder tener una segunda si es lo que se desea..
- En primer lugar, es importante que reflexiones, desde un punto de vista realista, cómo fue la primera cita: piensa en cómo te sentiste, si la conversación fue cómoda y fluida, si encontraste puntos de vista en común, si tuviste la percepción de que el tiempo pasó muy rápido o bien si la cita se te hizo demasiado larga, y si tienes ganas de seguir conociendo la otra persona. A veces, las expectativas iniciales que tenemos antes del encuentro pueden alterar la primera impresión que nos creamos sobre el otro. Es por ello que resulta muy conveniente valorar de forma objetiva como ha ido la cita y si esta valoración coincide o no con la idea inicial que tenías antes de conoceros.
- Intenta analizar también cómo crees que se sintió la otra persona: más allá del contenido de la conversación, presta especial atención al lenguaje no verbal: si te miraba a los ojos, si se mostraba receptivo/a y lo manifestaba con gestos de interés mientras le hablabas, si tenía una postura corporal relajada, si se sentó muy cerca de ti o si puso distancia, si consultó el móvil o miró el reloj en más de una ocasión durante el transcurso del encuentro, etc. Si estás atento/a estos pequeños señales, tendrás muchos indicios si tu acompañante tiene interés en conocer mejor.
- Hablar con alguien de confianza puede ayudarte a hacer una valoración más objetiva del encuentro: por un lado, verbalizar en voz alta cómo fue la cita y qué impresión tuviste de la otra persona, te hará ser más consciente de tus sensaciones. Por otro, explicarle a un amigo/a y tener su punto de vista puede llevarte a que te planteen aspectos que, por ti mismo / a, no habías considerado.
- No tienes que decidir si quieres volver a quedar con él o con ella apenas inmediatamente después de despedirte. Puede ser que haya gustado mucho de entrada, o bien que no haya encajado nada. A menudo, sin embargo, la situación no es tan evidente. Date tiempo para pensarlo. A veces, el miedo a empezar una relación nueva y el cambio de rutinas que ello implica, puede hacer que nos paralizamos y nos hacemos atrás a la hora de tener una segunda cita. Intenta ser sincero / a con tus sentimientos: conocer a alguien supone tener que salir de la zona de confort, y esto puede hacerte ver puntos negativos donde no son realmente.
- Ante la duda, es mejor optar por volver a quedar, al menos, otra vez. Piensa que la primera cita suele vivirse con desazón y cierta presión, y esto puede dificultar que la persona se muestre bastante natural y proyecte una imagen real de sí misma. Si se da la oportunidad de repetir ya habréis dejado atrás los nervios del primer momento. De este modo, podrás hacerte una idea mucho más precisa de cómo es la persona que tienes delante, de qué puntos tiene en común y de si cree que son suficientes y existe suficiente complicidad como para continuar viéndoos.
- No es aconsejable que «bombardees» la otra persona con muchos mensajes o llamadas, ni que lo hagas demasiado pronto. Es fácil dejarse llevar por la euforia cuando la primera cita ha ido muy bien, y querer hacerlo saber al otro de inmediato. Deja un cierto margen de tiempo, es mejor esperar al día siguiente antes de contactar. Si le escribes apenas decirle adiós, puedes ser contraproducente: es probable que el otro lo vea precipitado y lo interprete como un signo de ansiedad o que piense que tienes una necesidad muy urgente de estar en pareja.
- Del mismo modo, es mejor ser prudente con el uso de las redes sociales: es preferible que esperes un poco a añadirlo a tu círculo de amistades en facebook, twitter o similares. Si lo haces justo después de haberos conocido, puede parecer que pretendes «investigar» la otra persona y hacerla sentir muy incómoda.
- No esperes a que, por miedo a enfrentarte a un posible rechazo, siempre sea la otra persona quien dé el primer paso. Si tienes claro que tienes ganas de seguir conociendo a tu acompañante, házselo saber abiertamente. Piensa que es probable que él o ella también tenga el mismo miedo y que esto provoque que, a pesar de sentirse a gusto el uno con el otro, se pierdan la oportunidad de comenzar una posible relación.
- Por otro lado, si tienes muy claro que no quieres que haya un segundo encuentro, no des falsas expectativas a la otra persona. Es mejor hablarlo, siempre con tacto y respeto. Alargando una situación que no lleva a ninguna provoca muchas frustraciones y malentendidos innecesarios.
- Si se da el caso que es la otra persona que no quiere seguir conociéndote, no te lo tomes como una derrota personal, ni te obsesiones a pensar en que has hecho mal. Siempre es bueno aprender de los errores, pero desde un punto de vista constructivo: repasa mentalmente si has cometido algún error, para no volverlo a repetir en citas posteriores. Piensa que las relaciones de pareja son complejas y que no existen leyes universales de atracción: simplemente, esa persona no era la adecuada para ti y tu no lo eres para ella.
- Por último, recuerda que, en las relaciones afectivas, la comunicación y la sinceridad son dos valores fundamentales: no planees estrategias complicadas para «enamorarlo / la» y tener un segundo encuentro, ni fuerces la situación para precipitar los acontecimientos. Una relación estable es una carrera de fondo en la que debe irse conociendo paso a paso, sin prisas y, sobre todo, con mucha ilusión.
Esperamos que estos consejos te ayuden la hora de plantearte qué hacer después de una primera cita, y que puedas ponerlos en práctica muy pronto!